Los colores nos afectan en nuestro comportamiento, puesto que tienen un componente psicológico muy arraigado. No es algo de lo que nos demos cuenta, pero está científicamente comprobado, hablamos de la psicología del color.
Los colores a nuestro alrededor, influencian nuestras emociones y estado mental, de ahí, a que los colores afecten al sueño, relajarnos y/o dormir mejor. Hay colores que relajan y calman, otros, sin embargo, pueden irritarnos o producirnos malestar. Incluso hay colores de las habitaciones que influyen en la personalidad y desarrollo de los niños.
De igual forma que nos afectan cuando estamos despiertos, también lo hacen cuando dormimos, por eso hay que saber qué colores nos convienen para poder relajarnos y dormir profundamente.
Si lo que queremos es dormir bien o mejorar la calidad y la duración de nuestro sueño, no hay que dejarse llevar únicamente por la vista cuando elegimos los colores para pintar el dormitorio. Es necesario, también, saber qué expresan esos colores y las sensaciones que nos van a trasmitir; es decir, conocer la psicología que hay detrás de esos colores.
Hay muchísimos estudios realizados acerca de este tema, uno de ellos, el de la cadena hotelera Traveloge. Este estudio, condiciendo con muchos otros, afirman que el color ganador entre los durmientes (dormían mejor y más tiempo) es el azul. Los órganos de las retinas que se encargan de enviar la información al cerebro para controlar los ritmos circadianos, son más sensibles al color azul, puesto que es uno de los colores más relajantes. El azul transmite profundidad, profesionalidad y estabilidad.
Al azul, le sigue el amarillo en tonos suaves y cálidos, pues relajan el sistema nervioso. Pero es importante que sólo haya amarillo y que sea suave.
Según este mismo estudio, las habitaciones de color verde, tenían una media de 7,36 horas de descanso. Además las personas que dormían en habitaciones verdes se levantaban con mejor humor y más positivas.
El cuarto mejor color para dormir es el color plata, debido a que imita el reflejo de la luna y nuestro cerebro interpreta que es de noche, por tanto segrega melatonina para inducirnos el sueño. Es un color del que no se debe abusar, pues puede darse el efecto contrario.
A parte de estos colores, hay una gran tendencia por los colores cálidos en general, para crear un ambiente relajante.
El color blanco es el que mayor sensibilidad posee frente a la luz, y nos transmite paz, pureza, delicadeza, luz, brillo, calma, confort, ligereza, alivia la sensación de desespero, estimula y ayuda a limpiar y aclarar las emociones, los pensamientos y el espíritu.El blanco crea una impresión luminosa de vacío y de positividad y optimismo.